Comentarios y Críticas


Los sueños quedan atrás

Déjame tener miedo

El miedo es un negocio

Así es la cosa

Un día con su excelencia

Temprano despunta el día

Adiós, Doris

El himno nacional

Otras menciones




Otras menciones

Un bachiller extraño

“El autor tiene veintiún años... agradan cierta ingenua audacia y la estremecida sensibilidad de un joven que se deja llevar dulcemente por el hechizo del arte, por el encanto de las nobles ideas, y por el embeleso del amor. Ciertamente que es Un bachiller extraño, pues mientras tantos otros transitan por los pasillos tenebrosos de tortuosos laberintos y rinden culto al snobismo, él prefiere la transparencia cristalina y el testimonio directo de las viven­cias, manifestando en algunos de sus relatos una madurez no frecuente en los de su edad..."
Padre Francisco Dussuel S.J., El diario Ilustrado, 1961

"La mirada inocente infantil contrasta aquí con el tiempo de crisis que se describe, tal como acontece en otro cuento de esta misma vertiente, Detrás de los visillos, de Fernando Jerez. También aquí el narrador infantil vive en una población, un espacio proletario, frecuentemente vigilado y allanado. El espacio representado sobrevive en un estado de guerra e invasión constante. El mundo está dividido en un ellos y un nosotros. La cándida visión infantil comienza a quebrarse cuando el niño narrador ve la destrucción y muerte de su tío Daniel, uno de los perseguidos, en su citroneta (la cual lleva la siguiente leyenda: "Yo amo a mi país"). El espacio bélico incluye espías, helicópteros, quemazones y también, en el centro mismo, el contacto humano, afectivo..."
Manuel Alcides Jofré, Revista Taller de Letras, Nº 12, 1984

"La realidad de Argentina y Chile de la última década inspira varios cuentos, algunos -Detrás de los visilllos, de Fernando Jerez, desde luego- excelentes..."
Hugo Montes, La tercera de la hora, 13.1.85

"o, para citar tan sólo a algunos, la sugerente historia de Fernando Jerez, que en pleno movimiento, en esa carrera sin destino que une al niño trotando y al amante de su madre manejan­do una citroneta, recrea -sin pretensiones de cruento rea­lismo- las angustias de la persecución y la fuga..."
Javier Edwards, Diario La época, 6 de agosto, 1989

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