Los sueños quedan atrás
Guillermo Atías, 5.01.61
"Hay un evidente progreso en las páginas de Los sueños quedan atrás. Hay densidad literaria, amor por la belleza de la forma, tan olvidada por nuestros escritores.
Pedro Ramírez, Las noticias de Ultima Hora, 28.2.61
"...Este joven autor se adentra con seguridad en los temas y en los personajes de cada uno de los cinco cuentos que componen la colección. Hay en él bastante capacidad para bucear en el mundo interior de sus entes novelescos, para observarlos en sus angustias, en sus claudicaciones, en sus dolores, hasta lograr una serie de trabajos en que la preocupación por el hombre se trasunta a través de los problemas que enfrenta y que el autor enfoca desde un punto de vista metafísico. Sus personajes no tienen nada de extraordinarios ni de inventados, surgen directamente de las páginas, con toda naturalidad, pero desorientados en sus fines y en sus vidas, a pesar de la sencillez, de la falta de complicación de la trama cuentística..."
Fernando Santiván, El correo de Valdivia, 26.03.61
"Los sueños quedan atrás", es el último libro de Fernando Jerez. Sus cinco cuentos deben significarle una consagración porque están bien escritos y porque la predisposición del autor para ahondar en las brumas y tortuosidades del espíritu, está orientada con talento y perspicacia poco comunes...No se puede esperar otra cosa de su obra futura que una madurez triunfal..."
Andrés Sabella, Revista Vea, 16.3.1961.
"Escribir es para Fernando Jerez, el cuentista de Los sueños quedan atrás, una forma activa de madurar sus días, los vive con la ansiedad del que, en puntillas, va tras aquel mundo que se nos escapa sienes adentro. Las cosas exteriores sólo le sirven para apoyarse y lanzarse después, a los campos donde el hombre -su personaje- anda en desnudez, desprovisto de máscaras y biombos. Los seres que llenan su cuentística recuerdan , por instantes de sombría semejanza, a los de Un perdido, de Eduardo Barrios; el cuento El camisón de seda, particularmente. Pero Jerez no se deja maniatar por influencias; su prosa batalla por dominios de más rápida acción.
"Los vericuetos del espíritu humano le seducen. Y por tal tentadora llamada, Los sueños quedan atrás. Barbusse sostenía que la realidad es más hermosa que los sueños. La realidad que envuelve el ámbito de Jerez resulta asfixiante, gris: desamparo, sexo, cataclismo del alma. No le interesa a este excelente narrador remover las ciénagas. le basta con describirlas desde dentro, con acercarlas al lector, como un plato fuerte de la necia vida.
Su vida, lesa vida, le va molestando ya, tediosa, carente de resplandores...(pág. 104)".
Edmundo Concha, "Las últimas noticias", 11.02.61
"Fernando Jerez es un escritor capaz de meterse en el alma de los personajes y describir, sin adulteraciones caprichosas, sus vaivenes psicológicos. Es diestro en el recuento detallado de las peripecias del alma humana al convivir y, sobre todo, al chocar con la del prójimo.
Esta facilidad de Fernando Jerez para escribir desde dentro, creando una auténtica atmósfera humana, sostenida con pulso firme y seguro, tiene una virtud extra : puede ejercerla indistintamente, con igual eficacia, tanto en el alma masculina como en la de la mujer. Como un viejo topógrafo, conoce los altibajos del mapa espiritual de ambos, de suerte que en sus excursiones no hay posibilidades de extravío o, con más precisión, de fraude.
Este escritor es todo lo contrario de un criollista o de un neocriollista. Nada de paisajes, de amores instintivos, de chilenidad con bandera al tope. Jerez escribe sobre problemas humanos que pueden ocurrir en cualquier latitud. En sus cuentos, más exactamente en sus relatos con ritmo de novela, hombres y mujeres de distintas edades se debaten sin éxito en pos de unas migajas de paz o de placer. Son, como la mayoría, vidas sin fiestas ni destino. Van de un punto a otro, con la sobrecarga de sus afanes infecundos. En estos relatos no hay una sola nota épica. Todo es gris, como en sordina, sin lampos de luz que abran la perspectiva. Tampoco hay en ellos una anécdota visiblemente preconcebida. No. Son pasajes tomados casi al azar, tal como se dan en la vida real, sin adobos ni terminaciones lujosas... |